CONCIERTO FUNDACIONAL: UN AIRE DE CHEJOV

Concierto realizado en la cocina de nuestra amiga Diana el día 17 de Enero de 2013 bajo circunstancias personales dificiles de manejar

Texto de Diana Delgado-Ureña

Un aire de Chejov o:

¿quiénes son Itxaso Corral y Óscar Bueno?, ¿qué hacen?, ¿de dónde viene su irresistible atracción magnética???

Oscar e Itxaso son amigos y eso que en facebook es un “me gusta” en la vida día a día significa que nos cuidamos entre nosotros.

La historia del musical sobre Chejov empieza un día de invierno. Itxaso y Óscar me dijeron que estaban pensado trabajar juntos, que se sentían angustiados y necesitaban trabajar. Me dijeron que era un regalo y que lo iban a presentar en el salón de mi casa. Me preguntaron si me parecía bien. Sí, claro, es un regalo, me hace mucha ilusión.

Por aquel entonces trabajaba a media jornada en las oficinas de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Ofrecí a mis amigos el espacio de mi casa para trabajar y durante una semana, cuando me iba a leer y a escribir para otros por dinero, en unas oficinas con una calefacción de mierda sobre la que NO se podía protestar porque: “dagraciasalcielodepoderveniraunaoficinaatrabajar”, que les faltaba decir “y date con un canto en los dientes”…, mis amigos, sigo, mis amigos se quedaban trabajando en casa, sin seguridad social, es verdad, pero con calefacción.

Y cuando regresaba muerta del frío interior de las estructuras de lo público, ellos seguían ahí, trabajando mucho, como son ellos, trabajando bien, con lucidez y alegría, sabiendo lo que hacen, desafiando la epidemia de nuestra precariedad, conjurando la angustia a base de poderío, liberando lo que debe ser dicho, lo que tenemos la obligación de decir sobre nosotros mismos, sobre cómo vivimos, sobre qué deseamos y cómo sentimos.

Pasaba entonces que algunos diálogos de las obras de teatro de Chejov se encontraban con pensamientos de Didi-Huberman, de un ensayo que se llama La supervivencia de las luciérnagas y de aquella colisión a lo bestia entre la angustia rusa y las luciérnagas en peligro de extinción, de ese choque, nacían canciones.

Así que, durante una semana fui testigo de su manera de trabajar, de su capacidad de escucharse, de su determinación feroz por abrir caminos, por ser capaces de comunicar mirando a los ojos y hacernos sentir que sí, que se puede, hay que currárselo, pero se puede.

Y eso sacude. Te sacude de la apatía, la estrechez y la rutina, te sacude del narcótico “es lo que hay” como manera de relacionarte con la vida, te da un chute de PODERÍO VITAL que de verdá, lo flipas.

El musical era a la vez una cena entre amigos en el salón de una casa como en las obras de teatro de Chejov. Itxaso y Óscar se preguntaban qué era sentir angustia y cómo se sentía en el cuerpo, se cantaban canciones de amor, de dolor, de frustración y grandes timos, se sentía la desobediencia, había intensidad y también furia.

Y entre canciones, lecturas y trozos de pizza casera surgían conversaciones, desde el mirar y escuchar a otros como una manera también de sentirnos y comprendernos. Y que el horizonte se acabó y lo que brilla son las luces de lo que tenemos cerca y es importante estar atenta para verlas.>

Algunas de las canciones que se cantaron ese día estarán en este disco, otras no, digo que este trabajo es un acto de resistencia y un acto de amor a la vida. Aviso. Verlos en vivo es hermoso y es brutal. A veces, duele.